José María Gatica fue un boxeador que en cada una de sus peleas derrochaba intensidad, dramatismo, más allá de la técnica y de cómo fuera el resultado. Uno de los mayores ídolos que tuvo el pugilismo argentino y aún hoy se siguen recordando pasajes de su vida, ya sea por la literatura, el cine o por esa leyenda popular que terminó siendo.
No se consagró campeón pero consiguió tener un archirrival, Alfredo Prada, con quien se enfrentó tanto en el amateurismo como en el profesionalismo, con una pica que nació desde el primer choque. Gatica-Prada es el máximo clásico de la rica historia del boxeo argentino, que a esta altura ya tiene un mayor componente de novela que de boxeo específico.
Gatica, además de ser un deportista e ídolo popular, fue un emblema del peronismo en los tiempos de oro de este movimiento, que al ser derrocado también se llevó puesto a Gatica hasta su desgracia.
Un personaje de película que hasta tuvo una fecha de nacimiento singular: un 25 de mayo. Su madre lo parió en un hogar humilde de Villa Mercedes, San Luis, detrás del molino. Se fue de chico con parte de su familia a Buenos Aires y nadie imaginaba que terminaría escribiendo semejante historia.
Gatica cumpliría 95 años de vida. Sus restos descansan desde hace siete años en un mausoleo levantado por el gobierno de la provincia de San Luis, en el ingreso del polideportivo que lleva su nombre.
El traslado de los restos desde Buenos Aires hasta su morada final fue todo un suceso popular en su provincia, que se puede compartir en el video adjunto, un programa especial de A la Vera del Ring.
Te decimos, ¡Salud ´Mono´! aunque corramos el riesgo que desde algún lugar nos conteste: ´Monito´ las pelotas.
TEXTO: A LA VERA DEL RING
FOTO: REVISTA EL GRÁFICO
