BOXEO INTERNACIONAL

Durán: “‘Canelo’ es el único que pelea por la patria y el orgullo”

“Manos de Piedra”, íntimo, habló de su infancia, del boxeo actual y del documental sobre su vida que está por estrenarse. Además dijo que, excepto el mexicano campeón mediano, los demás boxeadores pelean sólo por la plata.

Pide apuro. Asegura que no hay tiempo, y razones no le faltan: está en Miami a punto de subirse a un avión para, tras una breve estadía en Panamá, partir rumbo a Las Vegas. Roberto “Manos de Piedra” Durán sigue viviendo como en los tiempos en que se transformó en una leyenda del deporte: a toda velocidad y como si el mundo le cupiera en un puño. El que para muchos fue el mejor boxeador latinoamericano de todos los tiempos –y, para otros tantos, uno de los mejores peleadores de cualquier época-, se las ingenia para no sólo promocionar su nuevo documental, I am Durán, dirigido por el británico Mat Hodgson, sino también para atender a A LA VERA DEL RING y atreverse a hablar de su carrera, de su infancia, del boxeo actual y de sus recuerdos de Córdoba y la Argentina.

-¿Cómo está hoy Roberto Durán?
Estoy en Miami, promocionando el documental I am Durán, y ahora voy rumbo a Panamá y, después, a Las Vegas para la pelea de “Canelo”-Jacobs. Más tarde, sigo a Los Ángeles para seguir hablando del documental.

-¿Qué diferencia hay entre esta producción y la película sobre su vida?
Yo soy Durán tiene cosas mucho más sentimentales, cosas buenas que no salieron en la película porque no hubo mucho tiempo para hacerla. Esto va a estar mucho mejor, porque van a salir boxeadores comentando, como “Sugar” Ray Leonard, Mike Tyson, y hasta Sylvester Stallone. A la gente le va a gustar más que la película.

-Usted vivió de todo, en la vida y en el ring. ¿Cómo fue su infancia en El Chorrillo?
Mi infancia ha sido muy dura, de pobre. Vivíamos mi hermano, mi hermana y yo con mi mamá. Porque mi papá, cuando me tuvo a mí, se fue y no volvió nunca más. Entonces teníamos que ir a limpiar zapatos con mi hermano, y mi hermana se quedaba con mi madre. Dormíamos en los puestos en los que vendían revistas, periódicos, y teníamos que ir a las 4 o 5 de la mañana. Cuando no vendíamos esos periódicos, íbamos al Mercado a lustrar zapatos para poder llevar la comida a casa.

-Debutó con 54 y se retiró con casi 80 kilos, y peleó desde los 16 hasta los 50 años. ¿Cómo describiría al boxeo?
Peleé hasta los 50 años, cinco décadas y, si no me hubiera lesionado en Argentina, que me rompí las costillas, te puedo asegurar que, chequeándome la vista y la respiración, estaría peleando hasta hoy en día. Porque los boxeadores que hay hoy en día… ¡y la plata que están pagando hoy! Con la escuela que tengo en mi cabeza, sería muy difícil ganarle a Roberto Durán.

-¿Cómo ve al boxeo actual y cómo lo compararía con el de su época?
Los boxeadores de mi época eran mucho más fuertes, más duros, muy buenos, pero no había tanta plata. Y no peleaban solamente por el dinero, sino por el orgullo de uno mismo y por el orgullo de la patria. Uno de los mejores boxeadores de ahora, y que es el único que pelea por la patria y el orgullo, es “Canelo”. Pero, de ahí en adelante, los demás pelean por el dinero. Claro que “Canelo” también lo hace por eso, porque le pusieron una millonada que no se lo han ganado ni los pesos pesados ni nadie, y me alegro por él, porque es latinoamericano, porque siempre se llevan todo los estadounidenses, como (Floyd) Mayweather. Ahora hay boxeadores regulares, que no se comparan con nosotros, pero se llevan todo el dinero.

-Con Argentina siempre tuvo un buen vínculo: no sólo por Luis Espada, su manejador argentino, sino porque hasta se entrenó aquí. Cuando escucha sobre nuestro país, ¿qué es lo primero que se le viene a la cabeza?
Los grandes amigos, que me llevan por todos los restaurantes y bares y salgo bien “sabroso”, tomando vino y champaña; esos asados y comidas extraordinarias que hacen. Me pongo muy contento, muy feliz, por la gente que me quiere mucho y me respeta.

-¿Qué relación tuvo con Diego Maradona, otro gran ídolo del deporte?
Hace tiempo que no lo veo, pero es uno de mis ídolos. Me acuerdo cuando peleé en Mar del Plata, que fue e “hicimos guantes”. Le mando un beso y un abrazo. Sé que anda por México y no pude comunicarme con él, pero es uno de mis grandes ídolos.

-¿Y de Córdoba? ¿Se acuerda de “Falucho” Laciar y de “Martillo” Roldán?
¡Cómo no, me acuerdo de todos! Peleaban aquí en Estados Unidos también. Cuando peleé con (Marvin) Hagler, me acuerdo de que Roldán me dice: “Durán: voy a tener que pelear contigo y no quiero”. Cuando pasó la pelea, me dijo: “Tú ganaste, pero se la dieron a él”. Y después él peleó con Hagler. Esas son anécdotas que no se me olvidan. También me acuerdo de argentinos como el Dr. (Roberto) Paladino (NdeR: legendario médico que trabajó, entre otros destacados boxeadores, con Carlos Monzón, Nicolino Locche, Víctor Galíndez, “Ringo” Bonavena), y el que se mató, Carlos Monzón, a quien también invité a la pelea. Tengo buenos recuerdos de Argentina. Muy buenos amigos, y nunca me puedo olvidar de ellos.

-Alguna vez dijo que fueron las derrotas las que hicieron gigante a su carrera. ¿Qué pasó después de perder contra Leonard?
Cuando peleé con Leonard y perdí fue porque mi mánager, al que le ofrecieron mucho dinero, no me avisó con tiempo. Yo estaba muy gordo: estaba pesando casi 190 libras (86,182 kilogramos) y tenía que pelear en 154 (69,853 kg.). Si no hubiese pasado eso, Leonard no me hubiese ganado. Cuando bajé mucho de peso, me agarró un dolor en el estómago, calambres, no tenía fuerza, y le dije a mi mánager: “Pierdo esta pelea, en la otra me preparo mucho mejor y lo ‘destrampo’”. Después de eso me sentía triste, pero más tarde empecé a entrenar y conquisté tres títulos más, por la fuerza y la voluntad que tuve. Uno no se tiene que acomplejar, uno tiene que demostrar que, si te pasó algo, hay que volver a pelear y conquistar otro campeonato del mundo.

-¿Qué mensaje les podría dejar a los jóvenes de hoy?
A los muchachos solamente les quiero decir que, si se caen, intenten levantarse de nuevo. Y, si no pueden seguir, que sigan estudiando en la escuela. El estudio es lo que les va a quedar para el futuro, porque el boxeo es pasajero y la escuela, no. Que sigan el estudio, que no lo dejen, que eso es lo principal que puede tener un ser humano o cualquier deportista. Te queda un diploma, luego te gradúas de médico, de abogado, de lo que sea. El boxeo sólo es un deporte.

TEXTO: ANDRÉS MOONEY.

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