Dominó de punta a punta y lo que cocinó en seis rounds pudo haberlo logrado en el 1°. Porque desde el arranque Celeste Alaniz demostró una superioridad notable contra Tamara Demarco, a quien le ganó por nocaut técnico en el 7° asalto y le sacó el título mosca OMB.
El sábado, “la Chucky” vivió una noche soñada y largamente esperada. Quien fuera la gran promesa del boxeo femenino nacional, dejó en claro que ya es una firme realidad y logró el ansiado título del mundo.
En el Club Ferro Carril Oeste, de Merlo, Alaniz (13-0, 5 KO) fue demoledora y brindó una lección de boxeo agresivo y efectivo. Ya a los 20 segundos del primer capítulo, con una derechazo a la punta de la barbilla mandó a la lona a Demarco (10-5), quien luego de recobrar la vertical volvió a recibir otros dos golpes de derecha -en recto y en cross- y de nuevo escuchó una cuenta. Aunque por el daño recibido y el modo en que miraba a su esquina parecía el final, “la Rebelde” pudo terminar de pie.
Excepto el 3° parcial, en el que Demarco acertó con algunas derechas en cross mientras boxeaba hacia atrás, lo que siguió fue un monólogo de Alaniz, quien se mantuvo concentrada en su plan de atacar de manera sostenida.
Entre el 5° y el 6° asalto, la paliza fue total y evidenció que el choque ya no tenía sentido. Por eso, antes del inicio del 7°, Demarco no salió de su rincón.
De esta forma “la Chucky”, de 25 años, se suma a las campeonas mundiales que tiene el pugilismo nacional femenino. Con una soberbia actuación, dio cuenta de una Demarco que llegó a este pleito condicionada por los conflictos con su exmánager Mario Margossian.