Además de usar boxeadores argentinos para alimentar las carreras de los extranjeros, nos quieren vender humo en las programaciones. Violan reglas y acuerdos, y hasta el idioma de a poco nos cambian. Demasiado.
Por GUSTAVO NIGRELLI (especial para A LA VERA DEL RING)
Uno se pregunta hasta cuándo le dejarán hacer al promotor uruguayo Sampson Lewkowicz lo que quiere, pasando por encima barreras mínimas de respeto, y abusando de la pantalla deportiva de nuestro país (TyC Sports) para beneficio propio, ya sea en terreno local o en el exterior.
El sábado pasado lo hizo desde su tierra natal (Uruguay), en una de sus veladas que organiza junto a su socio, el promotor cordobés Carlos Tello, en donde –para empezar- utilizó los servicios de una Federación paralela creada por él mismo, la CUBAP (Consejo Uruguayo de Boxeo Amateur y Profesional), que no es la que reconoce la FAB, quien por Estatuto siempre prioriza a la original, que en este caso es la FUB (Federación Uruguaya de Boxeo).
Esto sin mencionar que para los púgiles argentinos, participar en sus veladas, contra sus boxeadores, es como meterse en la boca del lobo.
Se vio claramente el sábado, cuando en el American Box de Montevideo, el santafesino Gabriel Omar “El Loco” Díaz mereció dar un batacazo ante el invicto oriental Amílcar Vidal –rankeado mundial-, o al menos obtener un empate, que era lo más justo. Pero le dieron una derrota canallescamente holgada en las tarjetas: 99-91, 98-92 y 97-93. Paremos la mano.
Por supuesto, los tres jueces eran uruguayos, al igual que el árbitro, Cristian Delgado, y el supervisor, todos de la CUBAP que creó hace pocos años Lewkowicz, donde es amo y señor.
La cosa ya empezó enrevesada cuando los dos púgiles argentinos que actuaron esa noche (Elías Haedo y el propio Díaz) viajaron con un permiso de la FAB en hoja sin membrete de la entidad. ¿Quién los confeccionó? Jamás se supo.
Eso obligó a la FAB a hacer una aclaración a través del siguiente comunicado, en defensa ética de su Estatuto, no sólo para reivindicarlo, sino además para no romper relaciones políticas con la FUB, que habrá pegado el grito en el cielo:
La FAB sabe lo que es lidiar contra la existencia de un organismo paralelo porque lo sufrió en carne propia, y de la importancia de contar con el apoyo fiel de Federaciones colegas para reforzar legitimidad. Pero por sobre todo, lo fundamental que es que éstas desconozcan a las paralelas.
Es lamentable entonces pensar que en la FAB tiraron la piedra y escondieron la mano. Una deslealtad inconcebible.
A esos conflictos institucionales a los que Sampson arrastra a la FAB, apoyado por TyC Sports con la complicidad de su pantalla, se le suman pequeñas cosas que desde hace tiempo se vienen naturalizando, y que en conjunto hacen un combo peligroso e irrespetuoso, tanto para la prensa –a la que recurren con sus gacetillas- como para el reglamento argentino lisa y llanamente.
El colmo sucedió cuando el anunciador del combate entre Vidal y Díaz leyó los pesos ¡en libras!, cuando en nuestro país claramente se usa el kilogramo como unidad de peso. Y ni siquiera tuvieron la deferencia de traducirlo oficialmente, como sería reglamentario. –NdeR: el relator de la pelea, Marcelo González, se tomó la molestia de hacerlo-.
No importa dónde se haya hecho la velada: la pantalla y el público masivo son argentinos, así que un poco más de respeto. ¿Costará mucho dar los pesos en ambas unidades en el peor de los casos?
En Uruguay mismo se usa también el kilogramo y los reglamentos de ambos países exigen anunciarlo en tal forma, porque son iguales. De hecho, peleaba un argentino contra un uruguayo, no había motivo alguno para darlos en libras, ni siquiera como segunda opción. Lo único que falta es que se hable en inglés, o se mida en yardas, pulgadas, o pies. No tardará mucho a este paso.
Desde hace un tiempo, curiosamente se vienen recibiendo gacetillas de prensa con las siglas en inglés, como WBC en vez de CMB, o IBF en vez de FIB, y eso que el grueso de la prensa a la que va destinado el informe es argentina. Pero se ve que importa más la extranjera, aunque ni bolilla les den.
Ya es demasiado con tener que soportar que en vez de informar, quieran “vender” a la prensa -como si fuera el público- veladas “medio pelo” como si fuesen “super peleas” o de “nivel internacional”, sólo porque pelean dos rioplatenses, amén de que también hubo que masticarse un doble fondo entre dos mexicanos por un título azteca. ¿No saben que las gacetillas no se escriben para la gente?
Se entiende que hayan vendido la velada a la TV mexicana, pero acá suenan como sapos de otro pozo y todo huele a pérdida de la identidad. ¿Será el verdadero propósito oculto?
Tampoco es demasiado grato verse arrastrados a seguir la carrera de un extranjero que encabece las veladas caseras del finde, al que se le alimente la carrera a costa de los nuestros. ¿A título de qué?
No sólo no es grato, ni sensato. Simplemente no corresponde. Ya demasiadas atribuciones se vienen tolerando distraídamente, cediendo ante intereses creados que en forma silenciosa van apoyando el pie cada vez más adentro. No nos quieran tomar por giles.