BOXEO ARGENTINO

“El Caña” García se fue al piso, se recuperó y noqueó con polémica a Maciel

En apenas cuatro rounds, pasó de todo. Nahuel García conoció el sábado la lona por primera vez en su carrera, devolvió gentilezas y derribó a Javier Maciel, y la definición llegó tras una acción cargada de polémica.

“El Caña” comenzó el combate, desarrollado en el Club Ciclista de Junín, castigando al cuerpo, con zurdazos rectos y al hígado, y así se llevó el primer parcial. “La Bestia”, en la que fue la primera mano clara que lanzó en la pelea, en el 2° conectó un cross diestro y mandó al tapiz al cordobés. El pupilo de Diego Sívori se recuperó bien, fue a buscar el intercambio de golpes y tras un resbalón –que estuvo acompañado por un cruzado zurdo que confundió al árbitro- volvió a recibir un conteo. Apenas terminada esa cuenta, García acertó un uppercut de izquierda y un cross de derecha y envió al suelo a Maciel.

Ya en el 3°, el bonaerense lució con pocas energías y recurrió a su experiencia para amarrar a su oponente e intentar evitar la pelea en la corta y media distancia. En el 4°, luego de un preciso castigo a las zonas blandas, Maciel deambuló entre agotado y castigado. Y, cuando ya se estaba terminando el capítulo, García lanzó un derechazo volcado que aterrizó en la nuca de un Maciel que justo se agachó y, con esa acción, propició el destino del golpe definitorio del “Caña”.

¿La mano fue en la nuca? Absolutamente sí. ¿Maciel se agachó y ya estaba dando señales de derrota inminente? También. Para colmo, y para coronar una noche de controversias, García abandonó el ring antes de la lectura del fallo, para saludar a su papá.

Sin embargo, el artículo 28 del reglamento argentino indica que esta falta no necesariamente implica la descalificación inmediata. “Faltas que son pasibles de advertencia, amonestación o descalificación, según juzgue el árbitro del combate”, dice la normativa FAB.

Al margen de las discusiones que el choque generó en redes sociales, García se llevó una victoria de la que deberá aprender y mucho. Para destacar: su buena recuperación luego del sofocón de la caída. Para advertir: la caída que, con una mano, le propinó un boxeador experimentado pero naturalmente más pequeño; y la equivocada decisión de bajarse del ring antes de escuchar el fallo de la pelea.

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