Un manual de cómo se pelea en condición de visitante. Eso fue lo que escribió Jeremías Ponce, quien en la tarde-noche argentina del sábado le ganó por nocaut técnico en el 10° round al inglés Lewis Ritson, en su Newcastle natal, y se quedó con la eliminatoria al título superligero FIB.
El bonaerense sabía de las dificultades de pelear en el patio de la casa del británico. Y, tal como advirtió, de entrada salió a hacerse dueño de la pelea. En el 1° asalto, el pupilo de Alberto Zacarías –ausente por cuestiones de salud; su lugar lo ocupó Patricio Zacarías, su hijo- conectó un gancho a la zona hepática fulminante, que el inglés soportó de forma estoica. Luego, el argentino continuó con su ritmo frenético: aunque hubiera podido aprovechar su alcance de brazos para boxear desde afuera y elaborar la maniobra, prefirió buscar siempre la pelea y de esa forma asfixió a un Ritson que, conforme fue transcurriendo el combate, se fue desinflando.
En el 10° round, Ponce (28-0, 18 KO / 63,366 ) volvió a golpear al cuerpo y el británico se fue al piso. En ese momento, voló a toalla, pero el referí (el local Steve Gray) lo ignoró -de hecho, agarró la toalla y la devolvió- y continuó con la cuenta. Ritson (21-2, 12 KO / 63,412) se puso de pie y Ponce volvió a derribarlo en dos oportunidades hasta obligar al árbitro a decretar el final.
Así, Ponce, de 24 años y quien había pronosticado que ganaría antes del 9° asalto –le erró solo por uno-, logró el derecho a disputar el título superligero FIB que tiene Josh Taylor. Si el escocés resigna su corona, Ponce deberá dirimir el cinturón contra el boricua Subriel Matías.
Al momento de la pelea, A LA VERA DEL RING tenía 88-83 a favor de Ponce, merced a quedarse con todos los rounds menos el 3° y el 4°.
