BOXEO ARGENTINO

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Acostumbrado al stand up, la presentación de Maravilla Martínez en el Luna Park pretendió serlo, pero entre su KO dudoso, sus actitudes extrañas, sus declaraciones y las denuncias de su rival, el resultado fue todo lo contrario.

Por GUSTAVO NIGRELLI (especial para A la Vera del Ring)

Decir que dio vergüenza ajena la presentación de Maravilla Martínez el martes pasado en el Luna Park, es tener una mirada piadosa.

Ese KO 1 ante el colombiano John Teherán se produjo con un recto de izquierda que además de inocuo en cuanto a poder, fue semi bloqueado por el guante diestro del cafetero y apenas dio detrás de su oído. No hace falta ser un experto para advertirlo. Con tener buena vista y ser un poco objetivo alcanza.

Sin embargo el colombiano se dejó caer y no se levantó hasta que el árbitro Gerardo Poggi le contó los 10. La cara de decepción del propio Maravilla en un primer momento, prontamente trocó en fingida euforia, apelando a sus condiciones actorales en que derivó su carrera boxística para intentar convencer a los espectadores de que vieron lo que en realidad no sucedió.

Algunos desprevenidos puede que hayan comprado pensando en no haber visto bien, haber estado distraídos, o no reunir las facultades como para catar la magia del boxeo, ya sea por neófitos, o por tontos. Pero el resto no lo creyó, hayan estado presentes en el Luna, o lo hayan visto por TV.

Y como este tipo de peleas suele verla gente que no es del palo, el juicio tiende a ser más crudo, real, sin demasiados protocolos ni favoritismos. Al punto que en las redes sociales las encuestas post pelea dieron que el 80% opinó que Teherán se tiró.

Molesta que muchos colegas no lo hayan visto, o no lo hayan dicho. Y haberlo callado nada tiene que ver con el respeto. Al contrario. El primer respeto es ante uno mismo, y ahí nomás está el compromiso con el público, lector, oyente, o telespectador.
¿Intereses creados? ¿Obsecuencia? ¿Chupamedismo? ¿Cobardía? ¿Deshonestidad?

La parodia estuvo a medio metro de ser una estafa, que no lo fue porque la concurrencia –cerca de 2000 personas- no pagó la entrada, sino que fueron invitados VIP. Pero no escapó a la figura del tongo.

En el boxeo es mucho más fácil que en otros deportes hacerlo, porque con la elección del rival alcanza, mientras que en los otros hay un calendario estipulado y obligatorio que respetar, aunque igual suceda.

Pero en el boxeo a veces no es necesario comprar nada, ni parodiar nada. Ya cuando uno leía los antecedentes de Teherán, era obvio cuál sería el resultado, porque tenía todas victorias ante debutantes y perdedores consuetudinarios y sus dos únicas derrotas habían sido aquí, una hace 8 años ante un welter como César Barrionuevo (por KOT 1), y otra hace unos meses por KOT 5 ante Juan Manuel Taborda. Pero además había estado 7 años inactivo entre 2014 y 2021.

La pregunta es: ¿era necesario que encima se tire? ¿Le hacía falta eso a Maravilla para ganar por KO?

Por si quedaba alguna duda, Teherán tras el combate corroboró la sospecha, viralizando un video donde denunció que había venido por 3000 dólares (libres), pero que acá “alguien” de la organización lo contactó ofreciéndole 5000 (libres) para “perder”.
¿Para perder o para ser noqueado en el 1º round?

Para perder, difícil, porque él ya venía a eso, y lo sabía perfectamente. Para esas cosas generalmente se toca a los jueces, no al boxeador. Y de ser así, lo que se pide en el paquete es que la reme y disimule un poco.

Sin embargo no parecía a priori hacer mucha falta gastar plata en eso, a juzgar por el nivel de Teherán. ¿Tan poca fe le tenían a Maravilla?

Da la sensación de que el colombiano atenuó las condiciones de la oferta recibida, o la dijo a medias para no quedar tan mal parado. El pago –de haber existido- era para tirarse, sin dudas.

¿Pero habrá sido cierto o no? Si bien no es lo más importante, ya que lo importante, concreto y verdadero es que se tiró y nos quieren hacer creer que no, tener claridad al respecto ayudaría a atar cabos sueltos.

Y la lógica tiende a deducir que lo fue. ¿O por qué un boxeador se va a tirar tierra encima, quedando como un corrupto mercenario, sin honor ni dignidad, por apenas 2000 dólares?

Es obvio que había un acuerdo y no le cumplieron. Y la palabrita clave es “libres”. Él se quería llevar los 5000 verdes limpitos en el bolsillo, y como le descontaron 900 de una deuda anterior con su antiguo manejador (Andy Espinoza), más 1000 de comisión para el actual mánager (John Molina), habló.

Y la extorsión dio sus frutos, porque horas después -como también trascendió, en mayor dimensión incluso que la propia victoria del quilmeño-, se arrepintió. Se desdijo y pidió disculpas a todos –incluso a Maravilla y al Chino Maidana-, alegando haber estado “inconsciente por el golpe” y quedarse “con rabia por no haber ganado”. Traducción: apareció la plata.

La otra pregunta es si Maravilla sabría de todo esto. Y de saberlo, si habrá sido el mentor. A juzgar por su ego, costaría creerlo. Pero todo es posible en la viña del Señor.

Varios fueron los colegas que no sólo no pudieron ver lo que la gente vio desde la tribuna o el televisor, sino que recargaron las tintas contra la denuncia de Teherán, que de haber sido cierta es grave de ambas partes, del oferente y del receptor. Pero la inexistencia del golpe y el soborno son dos cosas distintas, y una cosa no excluye la otra, ni la relaja. Sin embargo, una es incomprobable, mientras que la otra es visible y captable a través de los sentidos.

A todo esto habría que agregar que -al parecer- en ESPN estaban algo apurados para cerrar y dar paso al noticiero, por lo cual hasta el himno acortaron, no en lo musical –como suele hacerse- sino también en la letra, porque la cantante enganchó la estrofa inicial con la última.

Bizarro. Como la arenga final de Maravilla, casi mofándose de su rival en el piso, ponderándose a sí mismo: ¡Qué potente que estoy! ¡Cómo ando pegando!

Si hay que creerle a Teherán en su último video, éste quedó inconsciente del golpe y le duró hasta el vestuario. No da para burlas ni autobombos. Ni Muhammad Alí lo hubiera hecho.

Preocupa que Maravilla en su afán por rejuvenecerse esté adoptando actitudes de pendejo. En una nota con Olé amenazó públicamente –quedó incluso grabado- con “cagar a piñas” a todos sus “haters”. ¿Los conocerá? Generalmente estos son anónimos, de lo contrario se trataría de gente que le da su opinión y no le gusta, ni la respeta.

Se justificó en que hasta Messi los tiene (los haters), comparándose de algún modo. Pero de ser así nunca escuchamos a Messi decir que quiere cagar a piñas a nadie. Los han tenido Bonavena, Gatica, el Roña Castro, la Hiena Barrios, el propio Alí, pero jamás nadie se atrevió a tanto. A lo sumo decían que irían a cagar a piñas a sus potenciales rivales, no a la gente.

En fin. Es raro, máxime cuando él siempre reconoció no haberse agarrado a piñas en su vida en la calle, y hasta haber sufrido bullying. De grande parece que tiene ganas. No es la conducta de un señor de 48 años que está en la mejor etapa de su vida, como dice. No lo parece.

En el barrio siempre había alguno que boconeaba y corría con la parada, hasta que el más calladito al final le cerraba la boca. En esta época hay que tener cuidado, porque en la calle no hay reglas, como en un ring. Y no vaya a ser cosa que por subestimar, un día se encuentre con alguien que le rompa la cabeza.

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