BOXEO INTERNACIONAL

Not inclusive

Sobre cómo opera en estos tiempos el CMB y su falta de autocrítica.

Por GUSTAVO NIGRELLI (especial para A LA VERA DEL RING).

Mauricio Sulaimán, el actual presidente del CMB, repite para quien quiera escucharlo, que su entidad es la mejor de las cuatro que rigen al boxeo mundial, y se vanagloria por eso.

En alguna época sí -hará unos 40 años-, cuando el Consejo le ganó la pulseada a la AMB y luego a las restantes e incipientes FIB y OMB, no sólo por tener a los mejores campeones, ni porque allí se ganaban generalmente las mejores bolsas -algo que de por sí ya era un plus-, sino por aciertos reglamentarios, visión vanguardista y demás concepciones dirigenciales que parecían ir de la mano con la evolución y el sentir social.

Pionero y preclaro, fue el primero que introdujo el control antidoping, por ejemplo, algo que paulatinamente se impuso en todos los deportes, no sólo en el boxeo.

Fue el que alzó la voz contra el Apartheid y se unió en su lucha con Nelson Mandela, comenzando a rankear a púgiles sudafricanos de raza negra –o etnias diversas, para los censores de la lengua-. Redujo la cantidad de asaltos de 15 a 12, y todo el mundo boxístico lo siguió, rendido ante su inobjetable criterio. Las reglas, cuando son buenas, se adoptan solas.

Creó el ring de 4 cuerdas en vez de 3, con las transversales para que no se abran. Adelantó el pesaje un día para evitar peligrosas deshidrataciones en los púgiles. Impulsó las categorías intermedias para achicar las diferencias de peso entre los púgiles.

Es decir, pugnó realmente por la salud de los boxeadores y el mejoramiento del boxeo en general. Incluso sostuvo la adopción del guante sin pulgar (pegado al puño), para evitar lesiones en los ojos, creación del periodista y jurado uruguayo José Laurino.

Todas, o casi todas propuestas interesantes, aceptadas universalmente, porque fueron cambios necesarios y beneficiosos.

Incluso fue el CMB quien pensó -aunque hay una puja con la AMB en cuanto a la autoría intelectual- en la invención de los interinatos, corona que reemplazaba a la regular cuando el campeón debía estar alejado del boxeo por más de 6 meses debido a algún accidente, enfermedad, lesión, disputa legal o empresarial con su mánager. Una gran idea que luego se desvirtuó.

Eran épocas de Don José Sulaimán, su lider, el que engrandeció al CMB y lo presidió por casi 40 años desde 1975.

Su hijo Mauricio, que lo sucedió en el trono tras su muerte, heredó el relato sin advertir que hace aproximadamente una década que esto dejó de ser así, y la falta de autocrítica –tanto personal como de su entorno- le impiden entenderlo.

Mauricio, por ejemplo, creó la categoría bridger (101,600 kg), intermedia entre la crucero y la pesado, pero nadie lo acompañó.

El organismo que nació inclusivo y luchó contra la discriminación, hoy en día hace lo mismo con la AMB por una pelea político/económico/ideológica, y no publica en sus ránkings a los campeones del organismo que preside el venezolano Gilbertico Mendoza, en una abierta marginación. Sí publica los de la FIB y OMB, al igual que todos los demás publican los campeones de todos, sin excepción.

Pero lo peor es que no lo reconoce, o mejor dicho, lo niega, lo cual le agrega otro mal: la mentira. Y el dolo. Porque se supone que él debería saberlo perfectamente, y si no es así, sería grave. ¿Lo sabrá o no Mauricio?

Que cada uno de los lectores lo chequee por sí mismo en la web del CMB, su propio órgano oficial: https://wbcboxing.com/wbc/

En realidad, si el lector leyó bien todo, los campeones AMB figuran, pero apartados de los de la FIB y la OMB, bien escondidos en el último renglón de las notas del costado, imperceptibles. ¿Por qué?

Mauricio le echa la culpa a la cantidad de campeones que en su momento tenía la AMB –que ahora ya no-, e interinatos indiscriminados, lo cual hacía dificultoso saber cuál era el verdadero monarca. Estaba el campeón regular, el interino y el super campeón, es cierto, pero la AMB luego supo escuchar y los fue limpiando hasta irlos erradicando de a poco.

Mientras tanto el CMB fue agregando “metales” y “joyas” a sus títulos, y así surgieron los de “Diamante”, “Oro” y “Plata”. Y si bien algunos son –según dicen- honoríficos, existen, se defienden, e incluso el título “silver” (plata) se ha propagado en los títulos regionales y nadie sabe bien de qué se trata. Hasta existe el “silver interino”.

Mauricio también lo niega. Y se lo ha negado a colegas en la cara. ¿Qué diferencia hay entre un silver y un interino? ¿Y en todo caso, por qué es más aceptable un silver interino regional, que un mundial interino?

Pero hay algo peor, dado que en nuestro país todos los fines de semana se pelea por un título “latino”, a veces a secas, otras “latino silver”, o “latino silver interino”: ¡el título latino del CMB, que siempre fue un regional usado aquí históricamente, no figura en la web del Consejo! No existe.

Sí en cambio figura el FECONSUD, que preside el dirigente argentino Roberto Rilo (a la vez presidente de la Comisión de Boxeo Profesional de la FAB), destinado a los países sudamericanos, poco usado.

¿Pero el latino? ¿Y el latino silver? ¿Y el latino silver interino? ¿Dónde figuran? ¿Por qué no están en la web del CMB, como correspondería, así como están los demás regionales, que, dicho sea de paso, ninguno posee ránking?

El CMB, que se peleó con la AMB por los interinatos y títulos abusivos, está lleno de honoríficos, regionales sin ránking, e interinatos de todos ellos. ¿Quién es menos serio?

El CMB –además-, bajo la excusa de la protección de la salud de los boxeadores, aún no “leyó” el cambio de orden político, estructural y sociodeportivo mundial, que acercó entre otras cosas los campos amateur y profesional. Y al revés de lo que hacía en los ’70 y ’80 cuando era de vanguardia, no acompaña la decisión ya establecida en el COI de permitir la injerencia de éstos en los JJOO.

Es el único que se opone férreamente a ello, con sanciones y exclusiones poco democráticas para los que lo incumplan. ¿Tiene derecho? Todo el derecho del mundo. Pero es un acto miserable y coercitivo. No es la política que lo llevó a engrandecerse en los ‘70, ni la que aplicaba Don José.

Sin embargo, y contradiciéndose aún más, Mauricio en cambio permite rankear en su organismo a las estrellas del amateurismo para que peleen contra profesionales, y allí no le interesa demasiado “la salud”.

Ya lo hizo con boxeadores cubanos hace unos meses, que pelearon bajo reglas profesionales. Claro, lo malo es que lo hagan para el COI con reglas amateurs, aunque éstas sean más convenientes para ellos –los supuestamente más débiles-, pero si lo hacen para el CMB, a 8 o 10 rounds, está todo bien. Así el negocio queda en casa.

Todo es cuestión de poder, de dinero, de egos e intereses personales. Y de quién la tiene más larga. Indigna la hipocresía y enoja que para eso se use la bandera del boxeo y la de la salud de los boxeadores.

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