BOXEO ARGENTINO

Exner, el campeón de algo que muchos no tendrán jamás: moral


¿Ganó? De principio a fin. ¿Perdió? Despiadadamente. Víctor Exner alcanzó el viernes un éxito boxístico inmenso y padeció un revés extradeportivo inconmensurable. Porque a pesar de que venció de forma clara a Matías Lovera, lo que no quedó claro fue por qué no se disputó el anunciado título argentino supermediano.

Durante toda la semana previa al combate que se realizó el viernes, en la FAB, Boxeo de Primera (BDP) y TyC Sports promocionaron en sus redes sociales y en sus páginas webs la pelea por la corona nacional que, pese a haber perdido en fallo unánime (97,5-91; 98-91; 96-92), aún está en poder de “Monzón”. Incluso en el pesaje, que se realiza 24 horas antes del inicio del espectáculo, se insistió con que iba a estar en juego ese cinturón, y se refrendó en la gacetilla de prensa posterior que envió Argentina Boxing Promotions –y que a su vez replica en su página y en sus redes sociales, espacios donde se dijo hasta el hartazgo que habría título en juego-, la empresa de Mario Margossian que organizó el festival.

La noche de la velada, BDP realizó toda su transmisión afirmando que habría pelea titular, y su propio equipo periodístico se vio sorprendido –y, vale decirlo, molesto: con sumo rigor periodístico y haciendo caso omiso del vínculo empresarial que existe entre TyC Sports y Argentina Boxing Promotions, condenaron lo sucedido y entrevistaron a Exner- cuando, tras el fallo, advirtieron que el santafesino no era el nuevo campeón.

Finalizada la pelea, la promotora arriesgó una justificación a través de su cuenta de Twitter y responsabilizó directamente a la Federación Argentina de Box (FAB): aseguró que fue la FAB la que recién esa noche, en el estadio, comunicó que la pelea no podía ser por el cinto. Sin embargo, “el Gringo” Exner remarcó que nunca –ni antes, ni esa noche- le habían aclarado que no iba a pelear por la faja, y que él subió al ring pensando lo que pensábamos todos los que estábamos siguiendo el espectáculo: que había un cinturón en juego. El propio Exner indicó que, cuando fue a pedirle explicaciones a Margossian, el promotor le respondió que no hubo título porque el púgil “no había firmado el contrato”. “Me dijo que no había título porque no había firmado el contrato (de la pelea), que me habían mandado por mail y no sé qué. Pero yo fui al pesaje después y nadie me llevó un contrato para que firmara. Si hubiera sido tan importante ese contrato, me lo hubieran llevado impreso”, razonó el boxeador.

Aunque la promotora se excuse en que se enteraron a último momento de la situación, la realidad es que el área de boxeo profesional de la FAB –la encargada de autorizar o no peleas por título- les dijo hace rato que el combate no podía ser titular. Como es usual, el festival se presentó ante la FAB hace más de 20 días y ya en aquel entonces, cuando el departamento estaba bajo el mando de Luis “Tito” Zelikowicz –que dejó el cargo y, justo en estos días, lo reemplazó Roberto Rilo-, recibieron un “no” rotundo. Según pudo saber A LA VERA DEL RING, incluso en una reunión posterior con la Comisión Municipal se insistió con la negativa porque Exner está clasificado en mediopesado y porque “no tenía méritos en supermediano”.

Si luego Rilo les ratificó o no aquella decisión y cuándo lo hizo o lo dejó de hacer, lo sabrán solo las partes involucradas y a esta altura reviste escasa importancia. La única certeza que tendremos los demás es que nos mintieron a todos -a los espectadores, los televidentes y, lo que es largamente más grave, al boxeador- y que nadie hizo nada por detener la farsa. Porque ni siquiera esa misma noche, en el estadio, la empresa se molestó en aclarar –como sí lo hizo después cuando, con llamativa celeridad, pretendió justificarse a través de Twitter- la situación.

¿Fue por desidia o por la intención de que el hecho pasara desapercibido, tal como hubiera ocurrido si, como esperaba la mayoría, ganaba Lovera? ¿Tan poco les importa un histórico producto a Margossian y a TyC Sports, que uno no se molesta en comunicarse con la tevé y el otro no se lo reprocha? ¿Tan grande es el negocio, que la FAB se queda callada?

No se trata de legalidad –es sabido, si el anunciador no dijo que había un cinturón en disputa, lo que vale es su palabra-, se trata de legitimidad y de intangibles mucho más importantes, como la ética y la honestidad, que muchas de las partes, claro está, desmerecen. Por eso la Federación (y sus dirigentes) y TyC Sports (y sus directivos) se sientan a negociar con Margossian (y sus empleados), alguien a quien la Justicia –en primera instancia, primero, y por la Cámara, después- condenó por haber adulterado contratos, falsificado firmas y cobrado dinero en nombre de un boxeador. Es esa rancia connivencia la que logra que seamos cada vez más los que les creemos cada vez menos.

FOTO: BOXEO DE PRIMERA.

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