BOXEO ARGENTINO

En una pelea espectacular, Sansón Rosa demolió a Galdino: antes, sembró algunas dudas

Fue avasallante, explosivo, perseverante y, aun así, abrigó algunos signos de interrogación. José “Sansón” Rosa volvió a dar muestra de su boxeo potente y, el sábado, le ganó por nocaut técnico en el 8º round al brasileño Paulo Galdino. No obstante el saldo holgadamente favorable que le dejó la exitosa defensa de su título latino CMB superligero, arrojó algunos asteriscos respecto a su preparación atlética, su defensa y su capacidad de asimilación al castigo.

Ya en los dos primeros asaltos, Rosa (12-0, 10 KO / 63,400 kg.) dejó en claro que era superior a su oponente: lo anticipó siempre y, en el duelo de zurdos, se impuso porque cerró mejor su guardia. Pero en el 3º sucedió algo que, a la postre, acabó siendo un antecedente de consideración: en esa vuelta, que dominó con claridad, fue menos constante que en los parciales anteriores y la pregunta sobrevoló el ambiente del estadio Superdomo de La Rioja: ¿estaba cansado o estaba cambiando el aire?

En los tres capítulos siguientes, la incógnita pareció despejarse de la mejor manera y sugirió que se trataba de un mero ahogo. Porque, con un directo de derecha, en el 4º le aflojó las piernas a Galdino (11-5, 8 KO / 63,200), que no recibió cuenta porque no alcanzó a tocar con el guante la lona. En el 5º, el riojano puso a su rival contra las cuerdas y estuvo cerca de noquearlo, al punto de que el árbitro Ramón Moreno le inició una cuenta de protección, algo que, en principio, no debió haber ocurrido porque se suponía que estaban en juego las reglas del Consejo Mundial de Boxeo. La paliza era excesiva en el 6º y todo parecía indicar que el combate llegaría a su final.

Pero la guapeza del paulista desnudó falencias del argentino. Es que, en el 7º round, “Sansón” comenzó a recibir golpes rectos previsibles y no pudo evitar envíos que llegaban sin demasiada potencia ni velocidad. Fue allí donde, exhausto, mostró errores defensivos que pusieron en duda su capacidad de absorción; probablemente, todo se resuma en lo primero: de ser así, la hipótesis indicaría que la falta de respuesta física hizo que desarmara su guardia y que las manos que le llegaban le causaran más daño de lo habitual. Cabe aclararlo: después, dio vuelta el asalto y terminó devolviendo gentilezas a un boxeador que ya había recibido demasiado castigo. En el 8º, la persistencia de Rosa dio su fruto y Moreno decidió, con buen criterio, detener las acciones.

Con solo 21 años y aunque lleve apenas una temporada como boxeador profesional –debutó en enero del 2021-, el hijo del dominicano José Joaquín Rosa Gómez –boxeador que en los 90 se radicó en Argentina- se convirtió en una de las promesas de nuestro boxeo y se convirtió, también, en fondista. Por eso, el nivel de análisis de su carrera se tornó más riguroso. Y por eso deberá demostrar que su rendimiento físico puede mejorar y que todos los interrogantes que surgen a su alrededor se responden con eso: con una óptima preparación y una mejor dosificación de las energías.

Corzo, sin oposición
El catamarqueño Pablo Corzo (9-0, 9 KO / 76,200 kg.), otro de los fondistas de la noche, acabó en el 1º round al ignoto brasileño Claudiomar Pedra dos Santos (8-8-2, 5 KO / 74,900), de 40 años, quien dijo “basta” en cuanto recibió una cuenta tras ser castigado contra el encordado.

“AMA” sigue creciendo
La platense Amalia Mazzarello (3-0, 1 KO / 54,600 kg.) fue ampliamente superior a la mendocina Daniela Arena (0-2 / 55,100) y la noqueó técnicamente en el 2º round. Luego de un capítulo inicial en el que le pegó desde todos los ángulos, al rostro y al cuerpo, en el 2º obligó al referí a una cuenta de protección y, tras esta, fue el final. “AMA” volvió a demostrar que es una boxeadora a tener en cuenta, con un estilo audaz: combate con la guardia desmayada, distribuye bien el castigo y tiene criterio a la hora de descargar sus envíos.

FOTO: RAMÓN CAIRO / OR PROMOTIONS.

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