BOXEO ARGENTINO

La dictadura de la FAB

Decisiones inconsultas basadas en falacias, y cero interés por el disenso, conforman la actual política de una dirigencia sin identidad, dispuesta a venderle el alma al diablo. Al punto que ya se tiene preparado un nuevo reglamento de boxeo argentino para lanzar el próximo año, que sigue los lineamientos de los mundialistas.

Por GUSTAVO NIGRELLI (especial para A la Vera del Ring)
Aunque el título suene fuerte, no pretende referenciar a otras épocas del país, pero es la forma más clara de describir el “aquí y ahora” de la Casa Madre del boxeo argentino, la FAB, y su modus operandi para tomar sus últimas decisiones.

No sólo por desafortunadas e inconsultas, sino porque además evidencian un peligroso desconocimiento dirigencial, que dista del mínimo requerido para estar a la altura de una federación deportiva.

Hace poco salió en este mismo espacio una nota a Manuel Vilariño, el Secretario de la Comisión de Boxeo Profesional de la entidad, en respuesta a la eliminación del medio punto, que –suponemos-, más allá de su opinión personal, involucra a toda la institución hablando en su nombre, o más precisamente, a los tres o cuatro que la “manejan” en este momento.

El argumento basal con el que se sintetizó el título de la nota, es tan erróneo que aterra: “Una Federación nacional no puede modificar el reglamento de un deporte”.

¿Vilariño sabe que la FAB tiene más de 100 años (102) de existencia, y que el más viejo de los organismos internacionales (AMB) tiene 60? (La OMB fue la última en crearse, hace apenas 34 años). ¿Ignora que una cosa es una Federación Nacional con boxeo amateur y profesional incluidos (algunas con amateur sólo, como Cuba), y otra las entidades mundialistas, que sólo sancionan peleas titulares, no poseen autoridades propias y se valen de promotores para organizar eventos?

Es al revés, señor; en el boxeo, un país tiene autonomía y es ese país quien reconoce o no a las entidades mundialistas. Pensar lo contrario es como quererse poner primero los zapatos y después las medias. En el peor de los casos, quien debiera regir el boxeo a nivel federativo y alinearse tras ella por estar dentro de la misma pirámide sería la AIBA (hoy IBA). O sea, si éste es el criterio de esta nueva dirigencia en materia de tal, es para preocuparse.

Vilariño agrega como ejemplo algo que tampoco aplica: “Si yo dijera que me gustaría que en el fútbol los saques laterales se hagan con el pie, no puede mañana ‘Chiqui’ Tapia decir: ‘En Argentina los laterales se van a empezar a hacer con el pie porque está bueno, lo probamos y sirve’. Si bien en el boxeo no hay una FIFA, la regla va en el mismo sentido. No vas a ver ninguna pelea por título del mundo en la que se falle con el medio punto”.

Pregunta: ¿y las que no son por título mundial, que son la mayoría, y donde éstas no intervienen? De todos modos, acá lo peor es el desconocimiento de que en el fútbol la AFA depende directamente de la FIFA en todo, incluso en los reglamentos, ya que no tiene uno propio.

Las reglas generales las dicta la International Board, en base a las muchas propuestas que eleva la FIFA, y después de aprobarlas éstas se distribuyen a las Federaciones afiliadas. No hay reglamentos nacionales. La torpeza decanta en un ejemplo totalmente inapropiado.

Pero esto no es todo. Tal como se preveía, van por la regla de las tres caídas y la cuenta de pie, entre otras cosas. Es que los que hoy “bajan el martillo” en la FAB son emisarios de los organismos internacionales –cosa prohibida por IBA-, y por ende, serviles.

De hecho ya está preparado el nuevo Reglamento Argentino para lanzar en febrero del año próximo, con un montón de modificaciones acorde a aquellos (algunas buenas), porque según Vilariño (o la FAB) hay que aggiornarse y emparejar todo con el de las entidades mundialistas (AMB, CMB, FIB y OMB).

La pregunta es: ¿con cuál de todas? Porque ni entre ellos tienen reglas unificadas. Ni siquiera en la nomenclatura de las categorías, ya que para unos -por ejemplo-, las divisiones intermedias se llaman “super” y para otros “junior”. Entonces, la que para unos es “superwelter”, para otros “mediano jr”.

En el CMB existe la categoría bridger, que no existe en ninguna otra. Y desapareció la que para nosotros es la “mínima”, que para la FIB y OMB es “minimosca”. A la vez, lo que para nosotros es “minimosca”, para ellos es mosca jr, y lo que nosotros decimos “mediopesado” para ellos es “pesado jr”.

Algunos descuentan 2 puntos juntos en los foules con heridas, otros 1. Unos llaman NC a las “sin decisión” y otros “empate técnico”. Hay quienes poseen un tiempo de 9 meses para las defensas obligatorias y otros de 1 año. Unos tienen interinatos, campeones diamante, plata, etc, otros no. ¿A cuál nos alineamos?

Pero lo que más indigna son los fundamentos que dan para justificar ahora la venidera erradicación de la cuenta de pie, cuyo principal argumento es que al boxeador le cuentan para que después le sigan pegando. ¿Y al que cae al piso no? Qué ridículos. En el fondo es como estar en contra de la cuenta de protección.

La FAB perdió hace bastante anclaje con el llano. Se encerró en cuatro paredes a mirarse el ombligo, a decir todo que sí mientras convenga, sin pluralidad de opiniones ni conocimiento. Y entre otras cosas, se desvinculó de la prensa, aprovechando en parte que ésta fue desapareciendo de a poco, y en parte a que la fueron desapareciendo sutilmente, alejándola.

Sin ir más allá, en las Fecha FAB ya ni gacetillas envían, y obligan a bucear la info por redes sociales y webs, persiguiendo el click propio, seguidores sin voz ni voto, y en lo posible, anónimos. La base del autoritarismo y el pensamiento hegemónico.

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