BOXEO ARGENTINO

La pelea más difícil de Demarco: defender “ya” con Alaniz, perder el título o dejar pasar una oferta jugosa

Después de dar la sorpresa y arrebatarle el título mundial a Anahí López, el 19 de marzo, Tamara Demarco fue conminada a defenderlo en un plazo de tres meses y contra la mayor promesa del boxeo femenino nacional. OR Promotions ganó una subasta que su competidor, Argentina Boxing Promotions (ABP), abandonó, y fijó el 18 de junio como fecha para que la bonaerense exponga el cinto mosca OMB frente a Celeste Alaniz.

Pero la campeona denunció que su mánager, Mario Margossian, titular de ABP, le notificó la existencia de este combate recién el 26 de abril y que, además de ocultarle información sobre su siguiente compromiso, le ofreció una paga considerablemente menor a la que por reglamento le corresponde.

De acuerdo a Demarco, cuando firmó el contrato del choque ante López –por el que cobró 350.000 pesos-, jamás le hablaron de fechas ni de posibles oponentes. Según se desprende del escueto acuerdo suscrito que la boxeadora y su asesora, Carolina Duer, le acercaron a este medio, sus únicas obligaciones eran: que su posterior combate fuera bajo la promoción de ABP, por el título mundial, con una retadora a designar y a cambio de 400.000 pesos.

Sin embargo, el 28 de marzo, nueve días después de la consagración de la púgil de Saladillo, la OMB les notificó vía e-mail a Margossian y a Osvaldo y Georgina Rivero –padre e hija, de OR Promotions- que en no más de 10 días debían llegar a un acuerdo o, caso contrario, irían a subasta para, en un plazo de entre 45 y 90 días, concretar Demarco-Alaniz. En esa notificación, el organismo presidido por Francisco “Paco” Valcárcel hizo valer la condición que el 4 de marzo había puesto su Comité de Campeonatos para aprobar Demarco-López, y era que la ganadora debía enfrentarse, en no más de 90 días, a una retadora mandatoria a la que nunca se le puso nombre y apellido: si bien Alaniz ya había peleado y capturado su cinto latino OMB, en enero, contra la venezolana Johana Zuñiga, la entidad, que no publica sus rankings femeninos, no mencionó jamás a “la Chucky” como retadora obligatoria.

Asimismo, en ese escrito se dejó en claro que, en caso de haber licitación, los porcentajes de las bolsas debían ser: 75 por ciento para la campeona (Demarco) y 25 por ciento, para la retadora (Alaniz).

Finalmente, el martes 26 de abril se llevó a cabo la subasta. Tal como consta en un documento público de la propia OMB, Mario Margossian abandonó la puja y OR Promotions ganó con una oferta de 25.000 dólares. En consonancia con las reglas OMB, el promotor tenía un plazo de cinco días para presentar los contratos firmados de ambas peleadoras pero, hasta el 2 de mayo, la OMB no había recibido la conformidad de Demarco. ¿Por qué? La peleadora, de 33 años, refiere que se enteró de un posible enfrentamiento con Alaniz el mismo día de la subasta y que recibió su contrato recién el 3 de mayo, cuando por pedido de la OMB se lo envió Georgina Rivero.

Por esto, además de sentirse obligada a tomar una decisión en tiempo récord que roza lo antirreglamentario, porque más allá de los dictámenes del Comité de Campeonatos la normativa de la OMB dice expresamente que sus campeonas pueden hacer defensas obligatorias cada seis meses, “la Rebelde” acusa a Margossian de ofrecerle una bolsa sustancialmente menor a la que indican las normas.

Aunque la Organización publicó el monto que le corresponde a Demarco, 18.750 dólares, el mandamás de Argentina Boxing Promotions le ofertó 2.100.000 pesos, es decir, le pesificó la ganancia y al valor del dólar oficial. Así se detalla en un chat que mantuvieron representante y boxeadora, y que la deportista difundió. “Limpio, 2.100.000 pesos. Es lo que cobrás en mano, descontando los impuestos, mi porcentaje y demás gastos”, se lee en la conversación.

Pero el nocaut económico no termina allí para Demarco. Porque hace pocos días le llegó un ofrecimiento para unificar con Marlen Esparza, la campeona AMB de la división, por una cifra cercana a los 50 mil dólares. Roberto Díaz, matchmaker de Golden Boy Promotions, la compañía que representa a la estadounidense, no habló de números pero le confirmó a A LA VERA DEL RING que había iniciado conversaciones para concretar el pleito y que le dijeron que la argentina estaba atravesando conflictos contractuales.

Por estas horas, OR Promotions pidió a la OMB que, como Demarco no cumplió con los plazos reglamentarios para enviar su contrato, el título quede vacante y lo disputen su representada, Alaniz, contra otra boxeadora clasificada.

Entre un sinfín de dudas que arroja un conflicto semejante, sobrevuelan algunas que hoy parecen de respuesta incierta: ¿procederá la OMB a despojar a una campeona que se consagró hace menos de dos meses? ¿Se arriesgará a tomar esa determinación legal, cuando ni siquiera tiene publicados los rankings de mujeres? ¿Cómo se defenderán dirigentes y empresarios cuando se les diga que confiesen de una buena vez que los títulos femeninos son más de los promotores que de las boxeadoras?

TEXTO: ANDRÉS MOONEY / A LA VERA DEL RING. FOTO: BOXEO DE PRIMERA.

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