A LA VERA DEL RECUERDO

La consagración de Marcelo Domínguez, hace 25 años

POR FLOR DE KO.- El boxeo argentino transitaba una de sus mayores crisis. Había cerrado las puertas el Luna Park y la televisión no había desembarcado con todo su potencial. Quedaba Castro Barros 75 como el único domicilio central del boxeo en Buenos Aires. La sede de la Federación Argentina de Box, con su gimnasio José Oriani en el fondo, y el viejo microestadio Pascual Pérez adelante que alternaba actos de partidos de izquierda y encuentros de iglesias evangélicas con campeonatos de aficionados y veladas sabatinas de bajo presupuesto. Excepto cuando peleaba el gran convocante de esos días: Jorge ´Locomotora´ Castro. Allí había colas que llegaban hasta la avenida Rivadavia, esperando ingresar. Tiempos de José González como presidente de la entidad.
En esos torneos amateurs, apareció una camada de boxeadores de gran porte. Nunca fue demasiado prolífico el plantel de púgiles pesados o pesados livianos. Así asomaron Alberto ´Toribio´ Coman, aquel que años más tarde, ya en el profesionalismo, hizo debutar a Fabio ´la Mole´ Moli en Villa Carlos Paz. También estaban Pablo Beckman, Alberto Sinónimo y otros, entre ellos un grandote que no regalaba demasiadas sonrisas y que era bravo sobre el ring: Marcelo Fabián Domínguez. Grandote y vinculado al Club Huracán, no tardaron demasiado en pegarlo a la figura mítica de Oscar Natalio Bonavena. Con un detalle curioso que el propio ´Toro´ le recordó a A LA VERA DEL RING: “Mis primeras peleas amateurs las hice usando las botitas de ´Ringo´ que me dieron los hermanos Rago”. Juan y Bautista Rago, los entrenadores durante tantos años de Bonavena, siempre vinculados a Huracán del porteño barrio de Parque de los Patricios.
Domínguez pasó al profesionalismo, sumó experiencia y victorias hasta que, conducido boxísticamente por Carmelo Cuello y promovido por Hernán Santos Nicolini, consiguió una chance por el titulo mundial crucero en el estadio Delmi de Salta, frente al monarca, el congoleño-francés Anaclet Wamba. El fallo indicó que perdió por puntos, pero fue una sumatoria escandalosa que tendría que haber consagrado a Domínguez campeón mundial crucero del Consejo (CMB). Recuerda que “después de que me dieran perdida la pelea con Wamba me di cuenta de que iba a ser campeón del mundo. Perder esa pelea fue lo mejor que me pudo pasar. Salí del vestuario del Delmi llorando, pero de alegría, la gente muy bien conmigo, pero creían que lloraba de tristeza. Para nada, esa noche me di cuenta de que iba a ser campeón del mundo”. Y destaca un gesto recibido tras la pelea: “después del fallo, Louis Acaries arriba del ring me abraza, me agarra de los hombros y me prometió otra chance, me lo dijo cara a cara que entrenara porque me iba a dar otra oportunidad, y eso fue lo que pasó, cumplió. Me llamaron tiempo después para pelear con (Akim) Tafer, a quien se le había caído el rival por una lesión. Entonces dijo: ´vamos a llamar a Domínguez´”.
´El Toro´ Domínguez recuerda la previa de la segunda chance mundialista. “Nicolini, que me manejaba la carrera por esos días, se enfermó y no podía seguir trabajando. Los hermanos Louis y Michel Acaries (promotores franceses) no pudieron dar con él y se conectaron con (Osvaldo) Rivero y ahí me hicieron llegar el ofrecimiento para pelear con Tafer. Yo agarré pero fue una situación que me comprometió mucho, porque yo tenía contrato con Nicolini. Pero pensé que pese a las circunstancias yo no podía dejar pasar el tren otra vez”.
Fue singular el desembarco de Domínguez a la escudería de Rivero y lo pinta con una anécdota: “Un día lunes firmé el contrato con él, me preguntó si quería pelear ese sábado en Canal 9. Le dije que sí y enfrenté al brasileño Luiz Delmiro Alves y le gané por nocaut”. Fue la noche del sábado 1 de julio de 1995, en los estudios del canal, desde donde se televisada cada sábado en directo el ciclo Nocaut 9. Fue riesgoso hacer ese combate ya que 24 días después, Domínguez pelearía por el cinturón interino crucero CMB en Francia ante Tafer.

Recuerde Marcelo, recuerde campeón

Marcelo Domínguez, para algunos ´el Gordo´, para otros ´el Toro´, le cuenta a A LA VERA DEL RING, momentos relacionados con aquella jornada gloriosa.

“Para la pelea ante Tafer salimos un miércoles a la mañana de Buenos Aires y llegamos un jueves a San Sebastián, España. De ahí nos fuimos en una van por tierra a la localidad francesa donde era la pelea. Llegamos a un pueblo, Saint-Jean-de-Luz, donde no había muchas novedades de la realización de un combate de boxeo, no había expectativa. Hasta que un día encontramos un cartel, tipo pasacalle de papel plastificado que todavía lo tengo guardado. Estaba en un enrejado. Le pedí permiso a un policía que está allí, le dije que yo era uno de los del cartel. Lo saqué y me lo traje. Era el único anuncio de la pelea que se veía en el pueblo, no había nada de promoción”.

“Un día fuimos a un gimnasio en una van, atrás mío se sienta Ronald Wright, quien tiempo después peleó con ´el Zurdo (Julio César) Vásquez, esta vez hacía una de las peleas de abajo. El negro Wright me jetoneaba, ´saludos a Vásquez´, me decía, yo lo miraba y no le daba bola. Hasta que me cansó. Él tenía como técnico a un hombre que usaba un cuello ortopédico. Agarro, lo miro, y le digo a Wright: ´mirá, te voy a explicar algo, yo fui sparring de Vásquez, yo no sé cómo sos vos, pero lo único que te voy a dar son dos concejos, te va a partir al medio y te diría que le pidas ese collar a éste, porque lo vas a necesitar. Le dije eso y no me jodió más. La pelea con el Zurdo se hizo tiempo después y lo cagó a palos”.

“¿La pelea con Tafer? Hasta yo me había creído que iba perdiendo, pero hoy la veo de nuevo a la pelea y nunca vi que estaba perdiendo. Que iba pareja, iba pareja. Fue dura, áspera, había un tema que me molestaba y era que el ring estaba en un frontón, una cancha de pelota a paleta, y las luces me estaban matando, me hacían ampollas en la espalda”.

“Pasaron muchos años, quizá uno no la veía o no le daba bolilla en el momento. Una vez me di cuenta mirando otra vez la pelea, que yo hago un gesto y no sé porque se me vino a la luz, me di cuenta porqué lo había hecho. Ese gesto lo había hecho porque me había gritado Carmelo Cuello (su entrenador desde el rincón). Me dijo una frase que él siempre repetía: ´Marcelo, Marcelo, plata o mierda´. Esa frase de Carmelo era un código que teníamos nosotros, cuando las papas quemaban, tanto él como yo decíamos lo mismo. Lo usamos desde que empezamos juntos. Le dije que sí y salí disparado. No fue casualidad la piña que le metí a Tafer. Una derecha lo hizo zapatear, metí una segunda, hago cintura y veo que la oreja le estaba flameando, me llamó la atención. Por eso apunté ahí, le pegué el piñazo en la oreja y seguro que ahí lo aturdí del todo”.

“Cuando le estaban contando y yo estaba en el rincón, le pedí tanto a Dios que no se parara más, porque yo estaba cansado y me quemaba la espalda por los reflectores. Al otro día veo la foto en la que estoy festejando, me veo en el aire y no puedo creer que saltara tan alto de alegría”.

“Pero me pasó algo increíble apenas gané la pelea. Pasé de la alegría al sufrimiento en menos de 5 minutos. Me pasó algo muy feo, porque yo estaba arriba del ring, estaban todos festejando arriba del ring y el único que faltaba era mi viejo. Miro para todos lados, lo buscaba, una cosa rarísima. Dije: ´se infartó loco´. Pasó que apenas gané quiso subir al ring y los de seguridad lo bajaron. Pero después lo vio el padre de los Acaries que ya lo había conocido en la semana y le pidió a los guardias que lo dejaran subir, porque era el padre del campeón y así pudo abrazarme. Mi viejo vino a casi todas las peleas. hizo todos los viajes conmigo. Mi viejo fue un compañero de la gran puta”.

“Pero te cuento una experiencia rara que viví con mi viejo luego de la pelea. Voy a hacerme el control antidoping con él. De pronto el médico me llama: ´Plácido Domínguez´. Nos quedamos helados, porque así estaba escrito en el papel que tenía y ese nombre era del padre de mi viejo, se lo habían anotado mal. Toda una señal.”

“Después de ganar, enseguida nos dio muchas ganas de llegar al país. Arriba del avión nos iban preparando, me vino a visitar el comandante y una azafata. Ellos me dijeron que cuando llegara a Ezeiza íbamos a ir por un lado a un espacio que prepararon para la recepción y la prensa”.

Sólido campeón

Pasó ese día de consagración. Los argentinos pudimos ver la pelea por Canal 9 de Buenos Aires con el cálido relato a la vera del ring del periodista Pablo Llonto. Pocos imaginaban que Domínguez crecería como boxeador y sería un sólido campeón mundial.
El cinturón ganado con Tafer lo defendió dos veces: una ante el argentino Reinaldo Giménez en Entre Ríos. La segunda en Francia ante Sergey Kobozev. Luego dejó de ser interino y unificó con Patrice Aouissi, otra vez en Francia. Más tarde llegaron las defensas ante el brasileño José Arimatea da Silva y una vez más fue a Francia para darle la revancha a Tafer, a quien volvió a vencer. Hasta que llegó el cubano Juan Carlos Gómez, con quien perdió la corona en Mar del Plata. Más tarde tuvo otras dos chances mundialistas, una ante el propio Gómez en Alemania y la última en Inglaterra frente a Johnny Nelson. En las dos oportunidades perdió por puntos.
En la recta final de su carrera los enfrentó a todos en Argentina e hizo de los tres choques frente a ´la Mole´Moli un verdadero clásico de los pesados. Le ganó las tres veces que se enfrentaron. Dos ante estadios llenos nada menos que en el Luna Park de Buenos Aires y en el Orfeo Superdomo de Córdoba, y la última en el club Argentinos Juniors. Combatió hasta los 45 años, y sumó 48 victorias, ocho derrotas, un empate, con 25 nocauts.
Hoy se dedica a enseñar. A volcar toda su experiencia y conocimientos a los chicos en el Club Atlanta. Mientras vive preocupado por la situación actual, por los daños que la pandemia genera, pero a la vez está contento porque hace unos días pudo visitar a su madre en Quilmes.
Hace un cuarto de siglo, comenzaba a transitar la etapa más brillante de su carrera.
¡Salud ´Toro´! Por ser un tipo querido y un gran campeón.

TEXTO: A LA VERA DEL RING

FOTO: AGENCIA TELAM

VIDEO: CANAL 9, BUENOS AIRES / NOCAUT 9

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