BOXEO ARGENTINO

Reglas de juego, jugando con fuego

¿Vale la pena retener así un cetro mundial, sin oposición, con pautas que agregan más peligro sobre el ring que el que permiten debajo de él, autorizando a boxeadoras sin ránking a ser retadoras mundialistas? Pasó en Pérez, Santa Fe, en la pelea de “la Princesita” Bermúdez del último viernes ante una panameña. Por GUSTAVO NIGRELLI

Quizás “la Princesita” Bermúdez esté contenta -y conforme- con su actuación del último viernes en el Complejo Multifunción de Pérez, Santa Fe, donde retuvo su título mundial mosca jr FIB al vencer por KOT 3 a la veterana panameña Yaditza “la Tigrilla” Pérez.

Y es comprensible desde su punto de vista y actuación personal irreprochable, ya que hizo lo que debía hacer. Pero lo cierto es que la panameña, además de tener 36 años, no estaba rankeada ni preparada para pelear, no sólo por un título mundial, sino para afrontar un combate en forma medianamente competitiva.

No es culpa de “la Princesita”, claro. “La Tigrilla” sufría los golpes, se bamboleó de principio a fin ante el castigo, y no cayó, un poco porque Bermúdez no tiene potencia de KO –como casi ninguna boxeadora- y otro por su orgullo y decencia.

Para colmo, las absurdas reglas de la FIB (y de los demás organismos mundiales) no admiten la cuenta de pie, por lo cual el combate había que detenerlo en la 1ª vuelta o dejarlo seguir, cuando con el reglamento argentino hubiese ameritado una cuenta de protección de pie, y entonces, según reacciones de la boxeadora, proceder a la detención (KOT) o no. Y por supuesto, lo dejaron seguir, porque visualmente, y por el escaso tiempo de combate, parecía algo prematuro y localista pararla.

Sucede que estas reglas (las de la FIB) manejadas por un árbitro poco confiable como Ramón Martínez, pueden ser un arma de doble filo. Porque el argumento principal de esta gente es que la cuenta de pie sirve sólo para que el púgil se recupere y le sigan pegando. Ah, ¿y en una cuenta por caída no?

Lo ridículo es que a “la Tigrilla” no le contaron pero siguió peleando (y cobrando) igual 3 rounds más,  hasta que se tropezaba con sus propios pies, miraba a su rincón con clemencia, y cuando éste se aprestó a arrojar la toalla (que arrojó) recién allí Martínez paró el combate. ¿Cuál fue la diferencia entre hacer una cuenta de pie o no, si le pegaron al divino botón igual?

Por contrapartida, de haber habido una (o dos) cuentas de pie la pelea se hubiese acabado antes por acumulación de cuentas, o por detectar alguna reacción dubitativa de la castigada que en pelea no es posible advertir.

De no ser así, es preferible que al menos le den un respiro al que se está ahogando, gracias al cual poder capear el temporal, o incluso hasta revertirlo, antes que dejarlo a la buena de Dios recibiendo manos mientras se decide si pararla o no.

Lo más curioso es que en la FIB tampoco se puede arrojar la toalla, porque ellos suponen que alguien del público puede pasar por allí, manotearla y arrojarla, porque una vez pasó. Por lo tanto a partir de entonces el procedimiento es subirse al ring y hacer una seña de abandono, algo que tarda más que el vuelo de una toalla.

Causa gracia. Una vez un hombre mordió a un perro y entonces le ponen el bozal al hombre.

Propician un mal mayor a cambio de uno menor que el árbitro puede resolver fácilmente usando su propio criterio si es que hay dudas.

Pero estas “malas reglas” son sagradas y se respetan a rajatabla, mientras que otras no tan malas se vulneran cuando conviene, entre ellas, permitirle pelear por un título mundial a una boxeadora que ellos mismos dicen en sus ránkings que no es retadora.

Lo que falta dilucidar es si estos yerros son por falta de idoneidad, de control, de interés, o adrede. La sensación es que reina el desinterés, en pos de otro.

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